Por su interés, reproducimos el artículo que publicamos en nuestro último número:
Probablemente muchos de vosotros no conocéis realmente cómo es la
estructura colegial que regula la profesión de arquitectura en España, el
origen de los Colegios Oficiales, su razón de ser, funcionamiento y relaciones
entre ellos.
Los orígenes y actualidad
A raíz de diversos hundimientos
de edificios y tras la presión ejercida por la SOCIEDAD CENTRAL DE ARQUITECTOS,
sociedad de adscripción voluntaria y cuya fundación data del año 1849, se crean los Colegios de
Arquitectos como entidades de derecho público y de obligada colegiación. Así,
gestionada su creación desde 1929, sobre la base y por iniciativa de las
Sociedades de Arquitectos entonces existentes, quedaron constituidos en el año
1931 en virtud de los Estatutos aprobados por Decreto del Gobierno provisional
de la República.
Es importante subrayar el hecho de que de un modelo voluntario se pasa
a uno obligatorio debido a la seguridad y garantía de los ciudadanos.
En un principio se crearon sólo 6 colegios:
-
Madrid: Madrid, Toledo, Guadalajara, Cuenca, Ciudad Real, Badajoz, Burgos, Valladolid,
Santander y Soria.
-
Barcelona: Barcelona, Tarragona, Lérida, Gerona, Baleares, Huesca, Zaragoza, Teruel
y Logroño.
-
Bilbao: Vizcaya, Guipúzcoa, Álava y Navarra.
-
Valencia: Valencia, Castellón, Alicante, Murcia, y Albacete
-
León: León, Salamanca, Zamora, Asturias, Coruña, Lugo, Orense y Pontevedra.
-
Sevilla: Sevilla, Huelva, Córdoba, Cádiz, Jaén, Málaga, Granada, Canarias, Ceuta
y Melilla.
Con el tiempo, los Colegios han evolucionado hasta la situación actual,
en la que existen 26 colegios oficiales, algunos divididos a su vez en cabildos
o demarcaciones, además de un Consejo Andaluz de Colegios Oficiales que agrupa
a ocho de los COAs…
Como podéis imaginar, los problemas que surgen al tratar con regiones y
organizaciones tan dispares y complejas han hecho que nunca nadie esté
satisfecho del todo.
Además, con las dificultades que pasamos, salen a relucir diversos
problemas de fondo.
Para empezar, la administración establece que es el Consejo Superior de
los Colegios de Arquitectos de España, CSCAE, y su presidente como
interlocutores a nivel nacional e internacional de TODA la profesión... aquí
aparece un equívoco, porque cuando se pensaron los Colegios el único ejercicio
posible de un arquitecto era el que ahora está recogido en las atribuciones de
la LOE. Sin embargo, hoy en día, la gran masa de arquitectos ejercemos de
otra cosa o si ejercemos es mayoría los que estamos a sueldo de otros... es
decir que no necesariamente tenemos por qué estar colegiados.
Así, cuando se presenta un problema de laboralidad, o de salud, o de
ordenación y representación de otros campos de la profesión que afecta a
todos los arquitectos, colegiados o no, el referente para la
administración es el CSCAE, que de modo estricto, sólo representa A LOS COLEGIOS, NI SIQUIERA A LOS COLEGIADOS.
De hecho los actuales estatutos establecen que la de su presidente
depende de los decanos de los COAs (que son 26) y da igual el nº de colegiados o
territorio que tenga cada uno de ellos.
En el órgano de gobierno ordinario del CSCAE, el Pleno de Consejeros,
solo importan los Colegios no ponderándose el voto en ningún caso... es
decir, Melilla pesa lo mismo en la toma de decisiones que Barcelona. Es en
la Asamblea el único sitio en el que se pondera el tamaño de los Colegios
mediante el número de Asambleístas que manda cada COA, solo que ésta última se
reúne una vez al año.
En cualquier caso estamos hablando siempre de representación colegial,
pero ¿qué pasa con aquellos arquitectos y estudiantes que no están colegiados?
De facto la administración también otorga al CSCAE esa representación, así que
imaginaros qué puede suceder en cuanto hay un conflicto de intereses -como por
desgracia hemos podido comprobar en pasadas ocasiones-, en que se depende más
de la buena voluntad e información adecuada del responsable que de una forma
adecuada en la toma de decisiones. Este problema se duplica a nivel autonómico
y regional donde son los COAs los interlocutores de la administración.
El debate
Hay quien puede pensar que no es necesario cambiar. Que el único
problema actual de los COAs es la cantidad de trabajo, no su función o
atribuciones. Nos tendríamos que limitar a un ajuste presupuestario.
El problema es que previendo el panorama edificatorio actual y futuro
no parece que ese ajuste pueda ser posible si no se le acompaña de un cambio en
las funciones y atribuciones. Los colegiados, en su generalidad, desean una
estructura ÚTIL Y SOSTENIBLE que les ayude a solucionar sus problemas profesionales,
prefiriendo en muchos casos su desaparición a su mantenimiento.
No todo es negativo. La estructura existente tiene aspectos que son muy
aprovechables: la interlocución con la administración recogida en las
leyes, el posicionamiento ante la sociedad local reconociéndose como una
institución hasta el momento meritoria o la buena captación de recursos entre
las empresas. No en balde hablamos de la coordinación de 55.000 profesionales
cualificados.
Desde la otra perspectiva, habría que preguntarse qué esperan los
colegiados de la estructura colegial que les representa.
Mucho se ha hablado y escrito ya sobre el cambio producido en el modelo
profesional en el que pasamos de un modelo artesanal de PYMES y autónomos a un
modelo más industrial de asalariados; o sobre la diversificación de
las áreas de actuación pasando de las atribuciones recogidas en la LOE a
facetas propias de la sociedad contemporánea como puedan ser campos de gestión,
comunicación, negociación, imagen, educación,…
El proceso de cambio
Conscientes de la dramática situación en la que nos encontramos y de la
necesidad de adecuación de la estructura colegial a la realidad, la Asamblea
del CSCAE del pasado diciembre encomendó a su presidente, don Jordi Ludevid y a
su equipo de gobierno el que lideraran un cambio en los estatutos que
corrigiesen las diferentes desviaciones del sistema actual.
Durante varios meses, varios equipos de asambleístas han estado
trabajando en tres frentes: Estructura y
Funciones, Servicios y Financiación. Cada grupo ha trabajado su campo asignado
y ha elevado las propuestas de modificación de estatutos para que el Pleno lo
apruebe y lo remita a los redactores que lo presentarán para su aprobación en
la Asamblea
Sin despreciar los dos últimos,
entendemos que la revolución se presenta en el primero de los grupos pues es el
que afecta los problemas de fondo señalados.
Y hay que indicar que pese a lo
que parecía hace solo unos meses, se han logrado avances muy significativos que
muchos califican de históricos. No era sencillo el acuerdo pues como se ha
indicado hay perspectivas muy dispares dentro del Consejo. En general, la
cordura y la necesidad de actuar se han impuesto. Hay que advertir, que ningún
cambio será real hasta que no sea presentado y aprobado por la Asamblea.
Se define qué es la estructura Colegial, el conjunto de los
Colegios, Consejos y CSCAE, que agrupa y organiza a los arquitectos. La
relación de los colegiados con los Consejos y CSCAE se realiza a través de los
COAs. Como principales novedades, sí se reconoce la necesidad de que la
estructura colegial abarque cualquiera que sea el modo de trabajo de los
arquitectos y su actividad profesional. Se visualiza al CSCAE como herramienta
de difusión de la arquitectura arquitectos españoles.
Doble mayoría. El aspecto más debatido y que más pelos ha dejado
en la gatera. Se incorpora por este sistema el voto ponderado en el Pleno de
Consejeros, de forma que sí se tendrá en cuenta el nº de arquitectos representados.
Hay que reconocer que los COAs "pequeños" han sido capaces de
entender la necesidad del cambio en contra aparente de sus intereses, pero
fundamental a la hora de legitimar ante terceros las decisiones del Consejo.
Elección del presidente. El Pleno de Consejeros elegirá al presidente
del CSCAE de entre aquellos candidatos que previamente hayan presentado sus
programas en la Asamblea y hayan obtenido al mayoría de los votos (de acuerdo a
la Ley de Colegios Profesionales, la Asamblea no elegirá, sino que los
candidatos que se presenten tendrán que obtener su conformidad, pudiendo ser
más de uno quienes obtengan esa mayoría).
Equipo de Gobierno. Un problema existente hasta ahora es que
cargos como el tesorero u otros vocales debían ser decanos. Si había elección
en un Colegio y cambiaba el decano, este
se incorporaba al Consejo y el anterior desaparecía, pudiendo alterar los
trabajos del Pleno. El candidato a presidente, a la vez que exponga a la
Asamblea su programa, propondrá a quienes le acompañarán en dicha
responsabilidad, siendo validados igualmente por la Asamblea.
2ª Asamblea deliberativa- La Asamblea ordinaria de
diciembre se consume en los informes de presidencia, presupuestos, enmiendas,
etc. Se abre a puerta a que se pueda
convocar una nueva asamblea en abril/mayo a modo de mini-congreso deliberativo
sobre nuevas propuestas de actuación/debate.
Representación del Consejo Andaluz- Un problema que viene
de lejos es la representación de los COAs andaluces. Antiguamente había 2 COAs
en Andalucía: el Occidental y el Oriental cada uno con un representante en el
COA. Por decisión de la administración,
ahora hay 8 COAs y un solo representante del Consejo Andaluz -el CACOA- lo
que lleva a una queja de los decanos respecto a su representación. La doble
mayoría da solución en parte a la proporcionalidad y se plantea la posibilidad
de la presencia con voz pero sin voto de los decanos andaluces en el
Pleno...
Un asunto espinoso este último que probablemente de problemas en un
futuro, entendemos que la territorialidad no ajustada al modelo autonómico,
siendo este último ya cuestionable en la actualidad, conllevará problemas y un
peligro de atomización y disgregación mayor, cuando la paradoja es que los
colegiados somos gracias a la tecnología más universales y menos locales.
Sin embargo, lo importante es que se han hecho muchos esfuerzos para convertir una estructura no
fácil de entender como son el CSCAE y los COAs en algo más flexible y
cercano a la realidad profesional, algo fundamental para que su representación
ante la administración sea útil a los profesionales. Que el camino emprendido
no debe ser tan erróneo en cuanto que nadie ha quedado contento al 100%, pero
todos han bregado y avanzado en la misma dirección.
Diego Carreño Vicente es
Asambleísta del CSCAE por el COA de Madrid
y ha participado en los trabajos de refundación de los Estatutos del
CSCAE