viernes, 31 de mayo de 2013

Architecto Quo Vadis?

Es curioso cómo cuando queremos, complicamos las cosas los humanos.

Exordio. El hombre se hace sedentario en  el neolítico, digamos hace ya 10.000 años. Desde entonces se inicia el destilado de habitar el lugar. Al igual que no es lo mismo estar que ser, el hombre percibe la importancia del cómo habitar, no solo ocupar un lugar. No en vano, el pecado de la soberbia en el origen de los tiempos se representa en  en una maravillosa torre que pretendía alcanzar los cielos: Babel. Todas las grandes civilizaciones volcaron en sus edificaciones significados que iban mucho más allá de las piedras. No solo las edificaciones: monumentos, edificios, ciudades y estructuras urbanas representaban todo lo que aquellos hombres querían llegar a ser, desde la Atenas de Fidias, al París de Haussman; desde las pirámides a la cúpula de Brunelleschi; desde el Pantheon de Roma al pabellón de Barcelona de Mies… y así hasta hoy, en este país, en que por lo que parece se prefiere una cochiquera al monasterio de El Escorial, o un polígono industrial a la Gran Vía… ¿será que la vicepresidenta es una poligonera de incógnito?  Nos negamos a creerlo.
Paradoja 01.  Viendo el río desde la otra orilla, alguien podría pensar al pasear por diversos barrios: “si tan buenos son estos, tan bien formados están ¿qué ha pasado en los últimos 15 años en España?”  Pues ha pasado, que pocos profesionales se han atrevido a decir “no” a un cliente, o a la administración, que también nos vale. Cojamos el caso del urbanismo, en donde el nuestro país hace tiempo que las autoridades dejaron de recurrir a arquitectos urbanistas para limitarse a realizar planeamientos a través de despachos de abogados. ¿El resultado?: Barrios enteros sin pequeño comercio para regalarle todo el negocio a una gran empresa que de vez en cuando paga las nóminas a administraciones en crisis. ¿Qué sabe el ciudadano de todo esto? Hoy tenemos que digerir una piedra de  varios cientos de miles de inmuebles que nos empobrece. ¿Qué decimos los profesionales? ¿A alguien le importa que digamos algo?
Paradoja 02 quizás la paradoja general anterior se entienda con un paso particular: durante varios años se ha planificado un museo de la arquitectura y el urbanismo con un proyecto que abordaba tres sedes: Salamanca, Barcelona y Madrid.  El caso de Madrid, se tenía el lugar, la sede del Colegio de Arquitectos, y contaba el proyecto con el respaldo del ministerio de Cultura y el apoyo del ayuntamiento de la capital que es quien ha cedido el uso del inmueble. De la noche a la mañana, el ayuntamiento anuncia la creación de un museo de la arquitectura privado  para lo que cede a su vez otro inmueble, solo que en este caso es a un ciudadano extranjero, sin concurso público,  en la principal arteria de la capital y sin proyecto museístico alguno. Ante el requerimiento de por qué esa nueva política unilateral, las autoridades locales se limitan a contestar con un escueto “es que nos lo pagan”. La noticia publicada a este respecto y de cara a la opinión pública fue: ”los arquitectos de Madrid, en contra del museo de la arquitectura”…
Paradoja 2 bis ¿saben cuál es el argumento para permitir el desarrollo de una miniciudad de 750 hectáreas, con el emplazamiento de las torres más altas de España y todo ello en un tiempo récord?
La conclusión aparente es que para la administración hoy no se necesitan profesionales que digan “no” a sus clientes y más si es ella quien contrata. Claro que luego suceden cosas como el Madrid Arena… será el resto de la sociedad quien deba aceptarlo resignada o denunciar las tomaduras de pelo administrativas.
Entonces, parece que estamos ante una tomadura de pelo, porque es un timo del tocomocho formar durante años a gente en temas como mecánica de suelo, estructuras, instalaciones, historia, dibujo, proyectos para luego decidir que cualquiera vale para hacer lo mismo. Ya es un timo intelectual que, sin tener atribuciones sobre ello, los ingenieros técnicos y los aparejadores dictaminen sobre estructuras o fachadas vía informes de inspecciones técnicas de edificios (ITEs) ¿Alguno de Uds dejarían que un ingeniero informático dictamine sobre la cimentación de su edificio? Pues que sea que la ley lo permite y ya se ha dado el caso… así que formamos especialistas para luego diluir competencias… lo dicho un timo intelectual el que todos valemos para todo.
Y con todo esto  ¿no sería lógico preguntarse para qué formamos a profesionales conforme a sus atribuciones y preparándose para el futuro  si luego rompemos las barreras de dichas carreras? Estoy entrenándome todo el día para correr la maratón, pero luego me presento a 100 m libres de natación ¿? El problema es que dicho entrenamiento es una inversión muy cara económicamente hablando para la sociedad y vitalmente para los jóvenes.
Mientras  parece que vivimos un auténtico rapto de la sociedad civil por parte de los sectores políticos que huyen para delante escapando de sus fantasmas desarticulando todo sector crítico y alternativo a un estatus quo, no crean que los más afectados se preocupan tanto como parece. En las últimas elecciones del Colegio Oficial de Arquitectos de Madrid, apenas llegó a votar un 13%  de los colegiados, y de ellos un 40% llega en manos de motoristas emitido antes de cualquier análisis de proyecto. Igualmente, todos se angustian con el futuro de la Ley de Servicios Profesionales, pero todos los encargados de negociar las posiciones profesionales tienen si acaso 5 años de futuro profesional mientras que a los que les queda 30 años por delante huyen de las instituciones colegiales…

¿y el futuro? Ahí estaremos. Es inevitable el paso del tiempo. Seguro que no será fácil, no nos engañemos ni seamos pueriles. Pero el deseo de dejar un futuro más próspero a los que nos sigan es inherente al ser humano, por eso nos debemos negar al pesimismo o a tirar la toalla.  Quienes estén debe ser porque son los más capaces, no porque los que puedan no quieran.