Es curioso cómo cuando queremos, complicamos las cosas los
humanos.
Exordio. El hombre se hace sedentario en el neolítico, digamos hace ya 10.000 años.
Desde entonces se inicia el destilado de habitar el lugar. Al igual que no es lo
mismo estar que ser, el hombre percibe la importancia del cómo habitar, no solo
ocupar un lugar. No en vano, el pecado de la soberbia en el origen de los
tiempos se representa en en una
maravillosa torre que pretendía alcanzar los cielos: Babel. Todas las grandes
civilizaciones volcaron en sus edificaciones significados que iban mucho más
allá de las piedras. No solo las edificaciones: monumentos, edificios, ciudades
y estructuras urbanas representaban todo lo que aquellos hombres querían llegar
a ser, desde la Atenas de Fidias, al París de Haussman; desde las pirámides a
la cúpula de Brunelleschi; desde el Pantheon de Roma al pabellón de Barcelona
de Mies… y así hasta hoy, en este país, en que por lo que parece se prefiere
una cochiquera al monasterio de El Escorial, o un polígono industrial a la Gran
Vía… ¿será que la vicepresidenta es una poligonera de incógnito? Nos negamos a creerlo.
Paradoja 01. Viendo el río
desde la otra orilla, alguien podría pensar al pasear por diversos barrios: “si
tan buenos son estos, tan bien formados están ¿qué ha pasado en los últimos 15
años en España?” Pues ha pasado, que
pocos profesionales se han atrevido a decir “no” a un cliente, o a la
administración, que también nos vale. Cojamos el caso del urbanismo, en donde
el nuestro país hace tiempo que las autoridades dejaron de recurrir a
arquitectos urbanistas para limitarse a realizar planeamientos a través de
despachos de abogados. ¿El resultado?: Barrios enteros sin pequeño comercio
para regalarle todo el negocio a una gran empresa que de vez en cuando paga las
nóminas a administraciones en crisis. ¿Qué sabe el ciudadano de todo esto? Hoy
tenemos que digerir una piedra de varios
cientos de miles de inmuebles que nos empobrece. ¿Qué decimos los
profesionales? ¿A alguien le importa que digamos algo?
Paradoja 02 quizás la paradoja general anterior se entienda con un
paso particular: durante varios años se ha planificado un museo de la
arquitectura y el urbanismo con un proyecto que abordaba tres sedes: Salamanca,
Barcelona y Madrid. El caso de Madrid,
se tenía el lugar, la sede del Colegio de Arquitectos, y contaba el proyecto
con el respaldo del ministerio de Cultura y el apoyo del ayuntamiento de la
capital que es quien ha cedido el uso del inmueble. De la noche a la mañana, el
ayuntamiento anuncia la creación de un museo de la arquitectura privado para lo que cede a su vez otro inmueble, solo
que en este caso es a un ciudadano extranjero, sin concurso público, en la principal arteria de la capital y sin
proyecto museístico alguno. Ante el requerimiento de por qué esa nueva política
unilateral, las autoridades locales se limitan a contestar con un escueto “es
que nos lo pagan”. La noticia publicada a este respecto y de cara a la opinión
pública fue: ”los arquitectos de Madrid, en contra del museo de la arquitectura”…
Paradoja 2 bis ¿saben cuál es el argumento para permitir el
desarrollo de una miniciudad de 750 hectáreas, con el emplazamiento de las
torres más altas de España y todo ello en un tiempo récord?
La conclusión aparente es que
para la administración hoy no se necesitan profesionales que digan “no” a sus
clientes y más si es ella quien contrata. Claro que luego suceden cosas como el
Madrid Arena… será el resto de la sociedad quien deba aceptarlo resignada o
denunciar las tomaduras de pelo administrativas.
Entonces, parece que estamos ante una tomadura de pelo, porque es
un timo del tocomocho formar durante años a gente en temas como mecánica de
suelo, estructuras, instalaciones, historia, dibujo, proyectos para luego
decidir que cualquiera vale para hacer lo mismo. Ya es un timo intelectual que,
sin tener atribuciones sobre ello, los ingenieros técnicos y los aparejadores
dictaminen sobre estructuras o fachadas vía informes de inspecciones técnicas
de edificios (ITEs) ¿Alguno de Uds dejarían que un ingeniero informático dictamine
sobre la cimentación de su edificio? Pues que sea que la ley lo permite y ya se
ha dado el caso… así que formamos especialistas para luego diluir competencias…
lo dicho un timo intelectual el que todos valemos para todo.
Y con todo esto ¿no sería
lógico preguntarse para qué formamos a profesionales conforme a sus
atribuciones y preparándose para el futuro
si luego rompemos las barreras de dichas carreras? Estoy entrenándome
todo el día para correr la maratón, pero luego me presento a 100 m libres de
natación ¿? El problema es que dicho entrenamiento es una inversión muy cara
económicamente hablando para la sociedad y vitalmente para los jóvenes.
Mientras parece que vivimos
un auténtico rapto de la sociedad civil por parte de los sectores políticos que
huyen para delante escapando de sus fantasmas desarticulando todo sector
crítico y alternativo a un estatus quo, no crean que los más afectados se preocupan
tanto como parece. En las últimas elecciones del Colegio Oficial de Arquitectos
de Madrid, apenas llegó a votar un 13% de
los colegiados, y de ellos un 40% llega en manos de motoristas emitido antes de
cualquier análisis de proyecto. Igualmente, todos se angustian con el futuro de
la Ley de Servicios Profesionales, pero todos los encargados de negociar las
posiciones profesionales tienen si acaso 5 años de futuro profesional mientras
que a los que les queda 30 años por delante huyen de las instituciones
colegiales…
¿y el futuro? Ahí estaremos. Es inevitable el paso del tiempo.
Seguro que no será fácil, no nos engañemos ni seamos pueriles. Pero el deseo de
dejar un futuro más próspero a los que nos sigan es inherente al ser humano,
por eso nos debemos negar al pesimismo o a tirar la toalla. Quienes estén debe ser porque son los más
capaces, no porque los que puedan no quieran.